miércoles, 16 de septiembre de 2015

Unes paraules sobre Pepin.

Homenatge a Pepín Damián i Polo

Escrito publicado por el Coeter Major, Toni 

Monrabal, "Cotito", sobre la persona de Pepin,

en el libro de fiestas de este año 2015.




El mundo tiene dos papas, España tiene dos reyes y para no ser menos, Paterna tiene dos coeters majors, uno el que hoy escribe esta líneas y que lo será durante un tiempo limitado y que tendrá que ganarse el respeto de tiradores y no tiradores y otro el que desde hace muchos años cuenta con ese respeto y con el cariño de todos, no hace falta decir que se trata de Pepín, de Don José Damián i Polo, un home gran.
 Home en el sentido  espiritual del mundo de la pólvora valenciana, hombre de bien, hombre de palabra, hombre de paz. En pocas palabras persona digna de confianza y a quien se puede seguir pues se sabe que en su compañía no tendrás problemas.
Gran en todos los sentidos, grande por su generosidad, grande por su amor a nuestras tradiciones, grande por su amor a Paterna y a su cordà, grande por su edad.
Este home gran a sus ochenta y cinco años ya cumplidos tiene detrás de sí un gran historial de dedicación a su pueblo, futbolista, tirador a pichón y al plato,  pintor de brocha gorda de profesión y pintor de cuadros de afición, empresario con algunos pinitos en la construcción, de la hostelería  donde comenzó con la familia de Fina, su esposa esa gran mujer que siempre hay detrás de cada gran hombre, en el casino de la plaza y finalizó regentando el que todavía es negocio de su familia Casa Ramoneta en la Cañada. Trabajador incansable en asuntos que hoy denominaríamos de participación ciudadana, formó parte de la directiva del Paterna club de futbol donde ayudó y fue una pieza fundamental para conseguir la construcción del actual Estadio Gerardo Salvador, impulsó el Club ciclista DAM y la Peña de Ajedrez ambos en el ya mencionado Casino de la Plaza.



Ha hecho muchas más cosas, pero si por algo pasará a la historia no ya de Paterna sino de la mundo festivo de la Comunitat Valenciana es mantener viva la Cordà. Mantenerla viva, si, mantenerla en unos momentos en que fue desapareciendo en la mayoría de pueblos de nuestra Comunitat, en unos momentos en que incluso en la misma Paterna, los clavarios la veían como un espectáculo caro y difícil de mantener, caro hasta el punto de que el planteamiento era hacer cordà o hacer fiestas con espectáculos en los que actuaran figuras de primer nivel, con  unos resultados aparentemente más vistosos y por supuesto con muchísimos menos quebraderos de cabeza. Difícil de mantener por problemas de todo índole, desde problemas de seguridad hasta problemas con los vecinos e incluso con la autoridad pública.
Pero fue gracias a que Pepín y a unos cuantos paterneros más, todos ellos dispuestos a que nuestras tradiciones perdurasen, no permitieron que la cordà desapareciera, y para ello, llegaron a implicar al Ayuntamiento y a su alcalde para que primero ayudara económicamente a los clavarios y para que ya más tarde, la financiara totalmente .
Pepín integrándose ocho veces como clavario y siendo una vez Clavario Mayor de la Fiestas del Cristo, siempre estuvo vinculado con las distintas comisiones de fuegos de todas las clavarías, tanto en aquellas de las que él formaba parte como en las de los años en que él no era clavario, con su ánimo , su entusiasmo y su tesón, no permitió nunca que los clavarios cayeran en la tentación de dejar morir la cordà, no solo no lo permitió, sino  que consiguió que la cordà fuera a más, que cuando sabía que un clavario ya personalmente o a través de un familiar no iba a disparar sus cohetes, él se encargaba de buscar voluntarios para cubrir las ausencias y que de esa manera no disminuyera el número de lotes que se dispararan en la cordà (se adquiría un lote por clavario que quería disparar).
Participó en foros y debates, innovó, consiguió que los cajones fueran nuevos cada año (antes eran casi como el equipo del tirador, una reliquia familiar que se reutilizaba mientras fuera posible), posteriormente les puso patas consiguiendo dos objetivos, uno , tal vez el principal, que los cohetes no se quedaran enganchados contra los bajos del cajón y en sus explosiones pudieran dañarlo e incluso hacerlo arder, el otro , de manera indirecta mejorar la ergonomía para el tirador que no tiene que agacharse tanto para abrir el cajón y sacar cohetes. Otra de sus innovaciones fue la organización del inicio y fin de la cordà con sus bengalas verde y roja ya que anteriormente, la cordà comenzaba con el toque de la corneta del alguacil tras la lectura del bando y finalizaba en lenta agonía cuando poco a poco todos los tiradores iban quedándose sin cohetes.





La mejora en los cajones consiguió que su encendido masivo fuera muy escaso, pero a los paterneros nos faltaba algo, necesitábamos que reventara algún cajón y otra innovación fue la creación de dos puestos específicos (el trece y el veintitrés) en los que cada cinco minutos se hacía estallar un cajón, devolviendo la “alegría” a los espectadores y sirviendo de cronómetro a los tiradores que de esa manera controlaban si estaban disparando lento o rápido.
Para conseguir que no hubiera apagones, volvió a innovar y creo los cajones de fuego, en los que dos tiradores expertos, contaban con un cajón de solo femelletes, y su misión era la de estar atentos a cualquier bajada en la intensidad de fuego y mitigarla encendiendo una o dos femelles cada uno de ellos y devolviendo la intensidad necesaria.
Paulatinamente fue incrementando el número de cajones en la cordà, pasando de dos por puesto a en principio puestos de dos y de tres para finalmente pasar a ser todos los puestos de tres cajones.
El siguiente paso para incrementar la cantidad de cohetes fue la creación de tres puestos de cohetes arrastradores uno en cada extremo y otro en el centro de la calle, con la misma misión que los de femelletes, estos cajones consiguen elevar la intensidad  y la altura del fuego en las esquinas.
Finalmente en al cordà de 2014, introdujo cinco nuevos puestos “normales y cuatro de femelletes”, alargando la cordà en unos diez metros por cada esquina, con una prolongación hacia arriba y hacia abajo en la calle de San Antonio, con lo que se pudo incrementar el número de tiradores y la vistosidad del espectáculo ya que precisamente s en esos puntos donde como todos sabemos, mejor pueden ver la cordà los espectadores que están en la calle.
En su momento impulsó la distribución de los tiradores en puestos fijos tal como los conocemos en la actualidad, ya que anteriormente, la distribución era más anárquica por ser menor el número de puestos, y,  por situarse cada clavario en el sitio más conveniente para que le viera su familia.
 Organizó los puestos de manera que en cada uno de ellos hubiera al menos un tirador experto y puso tiradores “de confianza” en los puestos más visibles.
Siempre supo crear equipo, repartiendo tareas y responsabilidades, primero con su hermano Severino, luego con Toni el Gallo, más tarde con Pepe Herrero y finalmente con Vicent Pla como sus más directos colaboradores además de un grupo numeroso de tiradores entre los que me encuentro que durante mayor o menor número de años hemos ido entrando y saliendo en su circulo,  donde  se entraba habitualmente a través de alguien que ya estaba dentro y donde jamás creo haberle oído decir que no a alguien, todos éramos bienvenidos, todos los que se fueron lo hicieron por voluntad propia, nunca le dijo a nadie que se saliera unos trabajaban más otros menos, pero como él dice, todos aportamos algo y eso no puede desperdiciarse.
Diseñó el banderín de la Cordà con la torre de Paterna en la que se incluye la silueta de un tirador con la careta en la mano al lado de un cajón de cohetes dentro de tres franjas verde, dorada y roja con los que simboliza el inicio de la cordà con el color de la bengala verde, el transcurso con el dorado de las chispas de la pólvora de ferritja y finalmente el rojo de la bengala de acabar.

Fue el autor de la idea del monumento al tirador de la cordà que finalmente se instaló en la Plaça Major.
Es el autor de la letra del himno de la Cordà cuya música consiguió que compusiera otro gran paternero como es D. Pablo Sánchez Torrella.
Durante muchos años, mientras su economía se lo permitió, fue el patrocinador de la “figura del tirador”, figura realizada a mano por un ceramista de Torrente y de la que no hay dos ejemplares iguales, con la que homenajeaba a tiradores que a lo largo de los años, con el criterio del propio Pepín, se habían hecho merecedores de tal distinción.




Nadie dirá jamás que Pepín inventó la Cordà, pero todos sabemos que la Cordà de Paterna es como es hoy en día gracias a él, a él que supo transmitir su entusiasmo y su amor por la Cordà a todos, tanto a los tiradores como a políticos de todo signo, como a los que nos gusta el fuego e incluso a los que no les gusta, los que le conocemos sabemos que su cara se ilumina solo con hablar de la Cordà, que puede estar horas contándote anécdotas y recuerdos sobre tiradores y pirotécnicos, sobre cajones y sobre cuerdas y bouets, y sobre todo y por encima de todo de la seguridad en la Cordà,  de consejos sobre ropa y botas, sobre el ritmo que debe llevar la cordà. Sobre los distintos tipos de cohete que son necesarios para conseguir que el fuego se mantenga constante tanto por el suelo como a media y gran altura, sobre el gran espectáculo que es la Cordà a la que denomina fiesta de fuego por antonomasia de la Comunitat Valenciana y para acabar siempre recordando que la seguridad debe ser siempre lo primero, que es preferible una Cordà mediocre sin heridos a una cordà espectacular con muchos heridos.
A lo largo de los años, a Pepín se le han dado mucha distinciones, alguna de las cuales quiero recordar desde estas páginas, algunas, solo unas pocas, soy consciente que son tantas que me dejaría fuera demasiadas, pero no puedo dejar pasar que el Ayuntamiento de Paterna le distinguió con el nombramiento de ciudadano ejemplar, que está en posesión de uno de los primeros Coets d´Or que se otorgaron desde la Clavaría del Santissim Crist de La Fe i Sant Vicent Ferrer, estas dos que para Pepín siempre han sido las más importantes, y la ultima que de momento ha recogido, un Premio a Toda una Vida.
Premio que el pasado día 16 de abril se le otorgó desde “el Periódico de Aquí”.



Este año y durante las fiestas, concretamente el jueves 27 de agosto a las diez y media de la noche, los tiradores de Paterna homenajearemos a Pepín, lo haremos de forma sencilla pero tradicional, haremos una cena en el Carrer Major, un tradicional sopar de sobaquillo como los que él organizaba para el reparto de brazaletes, en esa noche, instalaremos una pantalla en la que proyectaremos fragmentos de la vida de Pepín, luego le haremos una “ofrena de foc” en la que como nuevo Coeter Major de Paterna envolveré a Pepín entre las chispas de un coetò de cordà que tras haberle solicitado permiso, encenderé con fuego sagrado, a continuación, un grupo de tiradores nos rodeará con unos cohetes de passacarrer;  finalmente, descubriremos un socarrat  que en su honor  quedará permanentemente instalado en la pared del casino de los cazadores.
En este acto estarán presentes las máximas autoridades  municipales y festivas y por supuesto, tanto desde estas líneas como desde el programa de fiestas, se invita al acto a toda la población de Paterna.
Os esperamos a Todos en el Carrer Major para homenajear al Mestre de tiradors al home que diu jo mai no he cremat un coet a la Cordà, sempre els he tret del caixó per a que altres els cremen”

Bones festes per a tots i que la metxa no s´apague.




Toni Monrabal. Cotito, Coeter Major de Paterna, Agost de 2015.




lunes, 7 de septiembre de 2015

SONS I SILENCIS AQUELLS.





Extraordinari, premi torre d'or dels premis 

literaris de la vila de Paterna, en els jocs florals 

2015,de Paco Ferrandis Bordes, 

felicitats Paco.







SONS I SILENCIS AQUELLS.




Titol: Sons i Silencis aquells…


Sons…
Sons del carilló que saluden l’alba,
Rellotge del Calvari advertint que és l’hora,
hora d’alçar-se, hora de feines, hora de labors i de rutines.
També ho va fer ahir, de nou ho farà hui, demà, qualsevol dia…
Els carrers prenen vida i les cases desperten,
despleguen els finestrons i els forrellats franquegen.
Les portes d’una casa s’obrin de bat a bat
i de sobte surt un haca arrossegant un carro.
Els ramals els du un home amb un barret de palla,
sota els eixos, la gossa lladra i lladra, i mou i mou la cua.
El camí és cap a l’horta, el lloc no el recorde.
Serà la Currucosa, els Molins, el Batà, els Fondos
Camí Quart, La Fila, Tandera… la muntanya?...
La resposta es molt fàcil, caldrà esperar què torne.
Ara corren amb pressa, els passos s’acceleren,
un xicot que no atura va camí la Estació,
l’hora és al damunt i el Trenet no espera,
segur que farà tard, és segur que no aplega,
Doncs crec que tindrà sort,
el Llíria ve amb retard i no tindrà problema…
Una vella de dol i amb mantellina negra,
s’afanya cap avall amb passos molt lleugers,
remou les mans i el cap, i parla en si mateixa
palpant-se les butxaques i buscant-se el missal…
La campana que crida… tang!, tang!, tang!
Déu meu ja el tercer toc i la Missa a punt!
No arribaré al Rosari… Segur que no, segur…
També des de l’Esglèsia, el Campanar ens parla,
són sons de les campanes que reclamen al Cult.
Ara tocs lents i greus que ens diuen de difunts,
després volteig de Festa,…van totes en conjunt.

Sons de veus cantarines de dones molt matineres,
també sons d’altres veïnes agranant portes i voreres.
Totes mamprenen cançons que anomenen “Dedicades”,
d’una Ràdio blava i dura, que maneja la Censura.
Cançons de llàgrima i plor que emocionen la gent gran,
són els Sospirs d’Espanya, La Maredeüeta…
i aquella de l’Emigrant.

Les sirenes ressonen per tots els racons del poble,
les fàbriques a punt, engeguen les màquines.
Edificis ferms i estables que s’omplin de vida i gent,
d’una Paterna constant, que poc a poc va emergent.
La Seda, La Veta, Mantes, Sabó, Cordell, les Galletes…
Són uns quants d’aquells noms, que ara em vénen a la ment.
Noms que han quedat per sempre, en la memòria d’un poble,
d’un poble que gens s’assembla, a aquell que fou ahir.
Doncs van ser els vímets que prompte ens dugueren
a aquesta Paterna que ara gaudim…
També sons d’altres fàbriques, que sols les treballen homes,
són feines dures i intenses, on Paterna és referent…
Estem parlant de les pells, d’adobats i de blanquers,
aquest treball, cal ja dir-ho: Era el pa de molta gent…
Sons i crits de peixcaters, d’esmoladors, verdulers,
sons i crits de llanterners, matalafers, granerers,
Són sons de gent que escoltàvem, quan trepitjaven carrers…
Sons de colles jugant corda, jugant guà o jugant trompa,
altres que juguen al xurro, al futbol o al tres en ratlla…
Jocs jugats en els carrers, on corria la xicalla…
Jornalers de sol a sol, camí l’horta o la muntanya
jornalers que s’ho guanyaven, un dia sí i l’altre falla.
Carreters bragats i amb faixa, ovacionant la reata
que arrosseguen carros plens, per carrers de fang i terra
Rogles de dones que canten fent la tria de collites,
omplint caixes i més caixes, per descampats i per places,
mentre els homes les reblen, a colps de martells i taxjes.
Ara parlem de ceberes, que aleshores n’eren tantes…

Sons coneguts i escoltats per cases dels veïnats…
Galls que cantaven altius, gallines que cloquejaven
i llocades de pollets, que saltaven i piulaven…
Fins i tot recorde llocs, on se escoltaven els porcs
com grunyien i bramaven…
Tots sons d’una Paterna que tinc en la memòria,
sons d’oficis perduts que són part de nostra història.
Sons de tallers menuts que els xiquets escoltàvem,
quan tornàvem d’escola, en la borsa a l’esquena…
Fusters, manyans, sabaters, forners,
corretgers, aladrers, ferradors… ebenistes.
Tot gent emprenedora! … Grans mestres de l’ofici!
i ara caldrà dir, buscant la rima fàcil:
també tots ells, sens dubte: van ser uns grans artistes…
…I com no, sons d’alegria i de festa,
sons de coets i de traques,
sons que ens enunciaven festes, unes darrere les altres…
Festes amb focs i rialles, festes de tro i de soroll,
també festa en els quarters amb trets de salva i bombardes.
Quarters de portes obertes i de ranxos que esperaven,
veïnats plens de xiquets i rodamóns sense caire,
que omplien la panxa un dia… i demà ja serà un altre…
Silencis…
Silencis en les llargues nits d’hivern, silencis…
silencis trencats pels lladrits dels gossos i els miols dels gats.
De sobte llamps i trons ens despertaven en la gelor de la nit…
la tempesta està al damunt… l’àvia s’alça espantada:
Santa Barbara beneïda: porta’t ben lluny la tronada!
Carrers foscs i solitaris, amb torrents d’aigua que baixen
arrossegant sorra i pedra en hiverns que no s’acaben.
Silencis de famílies, amb boques obertes i calaixos buits.
Silencis de cases amb taula braser i radio-novel∙les
on es lliuraven històries i contes de pares a fills.
Històries i contes que apropaven cors i ens tenia units…

Silencis de famílies nombroses amb vides de misèria…
Silencis d’una Espanya d’uniformes i sotanes,
de cues i confidents, d’estraperlos i paciències
de Cartilla de Racions i fulles grogues de Ratlles.
Silencis de dols eterns, silencis de eterns Rosaris…
Silencis, cal dir també, d’una Espanya d’esperances.
Silencis de dormitoris on l’amor de les parelles
s’ofegava en el coixí i fins l’alé controlaven.
Dormitoris sense claus, on convivien alhora,
pares i fills que callaven…
Quantioses cases del poble on re llogaven alcoves,
amb dret a foguer i cuina…
O millor diríem ara, amb dret a viure la vida.
Vides amb secrets que moren, en nits de plors i gemecs,
gemecs d’infants que ploraven, buscant els pits de la mare…
Silencis en les Escoles…”Por el Imperio hacia Dios…”
i “María Dios te Salve…”
Silencis en els treballs, silencis en els tallers,
silencis fins en les cases: Vés amb compte allò que parles!
No sigues agosarat, no digues res que et delate!
Silencis per tot arreu, silencis d’uns i dels altres.
Silencis que ens imposaren…
Silencis que no els volem…ni volguérem que tornaren

jueves, 3 de septiembre de 2015

ALEJANDRO LLAVATA LLEONART, EL MANTENIDOR.

EL PASSAT 21 D'AGOST, TÈNIA LLOC ELS JOCS FLORALS DE pATERNA, I COM A MANTENIDOR EL NOSTRE COMPANY I COL·LABORADOR aLEJANDRO LLAVATA LLEONART, TOT UN HONOR DE PATERNERO, I UN GRAN ESCRIPTOR I ORADOR, ENHORABONA ALEJANDRO.





Mantenidor

 Segons la història, a l'edat mitjana, el mantenidor era el cavaller que en les justes o tornejos sostenia la lluita contra els que volien combatre. Hui en dia és la persona encarregada de presentar un acte, un certamen, o de mantindre'l amb unes paraules que giren al voltant d'un tema qualsevol, previament determinat. Si es tracta d'uns Jocs Florals, el discurs girarà al voltant de la clàsica trilogia DÉU - PÀTRIA - AMOR. Enguany, la Comissió de festes Majors en honor al Santíssim Crist de la Fe i sant Vicent Ferrer de Paterna, ha acordat que siga jo el mantenidor de la LI edició dels Jocs Florals de la Vila de Paterna. I mentre em prepare unes paraules a pronunciar d'una manera digna al Gran Teatre Antoni Ferrandis de Paterna la nit del vint-i-un d'agost, repase mentalment, una a una, les persones que al llarg de la història, han desenvolupat dit càrrec. Des d'aquell un de setembre de mil nou cents vint-i-un en què es va celebrar la clausura dels I Jocs Florals de la Vila de Paterna, fins a l'actualitat, unes cinquanta persones de gran talla intelectual i humana, han segut les que s'han encarregat de dirigir unes paraules als paterners. No sé si merescudament o no, jo també pasaré a formar part d'eixe olimp de les lletres paterneres que, des de fa quasi cent anys, de forma més o menys successiva en el temps, s'ha anat celebrant, en forma de certamen literari, fins a arribar enguany a la seua LI edició. I en estes paraules d'agraïment no volguera oblidar-me de tots aquells que al llarg dels temps han contribuit a fer que este concurs literari fóra una realitat i, sobretot, que han fet tot el posible per a que continue celebrant-se amb la dignitat que un acte d'estes característiques es mereix. Començant per les Clavaries, que han estat l'autèntic motor d'esta festa de les lletres, continuant amb la penya Biberó que va rescatar-les de l'oblit allà als anys seixanta del segle passat, seguint amb l'Ateneu Cultural, que va continuar en la llavor de col·laborar en l'organització dels Jocs Florals, així com l'Ajuntament de Paterna, que és qui en l'actualitat s'encarrega de la seua organització, no podem oblidar-nos d'aquelles persones que s'han desviscut per a que este concurs literari brillara dins de l'univers literari amb llum propia. No cabrien en este blog el nom de totes i cadascuna d'elles, però si que m'gradaria nomenar a Vicent Cardona Llabata, Vicent Fabado "el Retoret" y a Enrique Guillem Torrella. Ells han segut els qui han dut encesa la flama, any rere any, de la cultura literària dels Jocs Florals al nostre poble. Tampoc podem oblidar els patrocinadors que han sufragat els diversos premis literaris que s'han anat convocant al llarg de tots els temps, sense els quals no hagueren pogut ser realitat els nostres Jocs Florals. Una llavor de mecenatge i d'esforç en quant a la parcela econòmica es tracta, digna de destacar. Després de recordar a tantes i tan importants persones i entitats, he de reconèixer que el pes de la història em constrenyeix. Només li demane al Crist de la Fe que puga estar a l'altura de tantes i tan importants persones que han desenvolupat este càrrec.





IMATGENS PATERNA AL DIA.

martes, 9 de junio de 2015

CINES DE VERANO, por Enrique Guillem Torrella


En este escrito de Enrique Guillem, en el libro de fiestas del año 1991, recuerda a los más jóvenes, como se divertían la juventud de antaño, hiendo a los cines de verano, que en Paterna existieron. Bonito escrito.








LOS CINES DE VERANO


Mi hijo Carlos y sus amigos, de dieciocho años de edad, hablando sobre la decadencia del cinematógrafo actualmente, me preguntaron, les ilustré, sobre las Terrazas de verano, que se habilitaron para cine (que ellos siendo pequeños, aún recuerdan), como sustitución de los cines cerrados, en los meses de gran calor.
En diferentes lugares, se acondicionaron locales, que funcionaron (unos más que otros) en el transcurso de varios años, desde los finales de los años cuarenta, hasta finales de los setenta. (1970).
Estas salas tenían muchas ventajas, en relación con las salas de proyección cerradas.
Al estar al aire libre, se podía fumar (el que tuviese esa costumbre), durante toda la velada, esto para muchos era un gran aliciente.

La colocación de los espectadores era muy informal (al estar sentados en sillas sueltas), cada cual lo hacía donde le apetecía, esto daba sensación de gran libertad. Los bares estaban en el mismo local, generalmente al final, y algunos espectadores, desde el mismo podían seguir la proyección, mientras tomaban la consumición, que les apetecía en ese momento.
Como normalmente se pasaban dos películas (la primera, era de reestreno), los más madrugadores, se llevaban la cena, y veían dicha película comiéndose el bocadillo. Antes de acabar la película, se iba llenando el local, para presenciar la segunda, que era la de estreno en la localidad.
Aquellos años cincuenta al sesenta (1960), fueron fabulosos, en una noche en la Terraza Astoria (que era el local de más cabida), se vendieron más de dos mil entradas.
Las salas que funcionaron a lo largo de estos años fueron: (no sé, si me dejaré alguna).
En primer lugar, la instalada en la Plaza de Toros, que tenía el Bar «La Venta del Caballero», situado en la carretera, esquina a la calle de La Peña.
Este cine actuó una o dos temporadas, una película que recuerdo haber visto en dicho local fue: «Escuela de Sirenas», con Esther Williams y Ricardo Montalbán de protagonistas, que tuvo un gran éxito en aquellos años.




En aquellos años (finales de los cuarenta -1940-), también funcionó en La Cañada, el cine La Piscina, situado en aquellas instalaciones, que perduraron muchos años, proyectadas y construidas por el Sr. Estrella (Joaquín). El empresario D. José Mª Guillem, era el que llevaba dicha instalación cinematográfica.

A principios de los años cincuenta, empieza a funcionar en Paterna:

La Terraza-Jardín Roigui: Fue la primera de las que enumeraré a continuación. Los señores Roig-Guillem, eran los empresarios de aquella simpática sala (muy coqueta), con jardines en las paredes. Estaba situada en la calle Arquitecto Cortina, no 5, cerca de la plaza del Ejército Español. Dicha sala actuó unos años, cerró y volvió a abrir por los años sesenta. (1960).

La Terraza Astoria: Se encontraba, donde actualmente está el supermercado Mercadona, fue sin duda, el más grande y mejor de todos los locales, que con mejor o peor suerte actuaron, fue la sala que estuvo más tiempo en activo (finales de los setenta-1970-). En la misma se celebraban bailes (con orquesta) todos los festivos, por las tardes, además de diversos actos sociales.

La sala Iris-Park: (Que actuó una temporada en el patio, situado al lado del Cine Parroquial). Estaba situada en la carretera, en el solar que actualmente ocupaba el Ambulatorio de la Seguridad Social.
La Pista de Patines: Situada en el solar donde hoy está la Tesorería de la Seguridad Social, en la calle Blasco Ibáñez, fue como su nombre indica, pista de patinaje y deportes por las tardes y por las noches cine.

La Terraza San Miguel: Estaba situada en la Avenida de Vicente Mortes n. 14. Este local era muy grande, pero actuó en la época de más competencia y nunca llego a estar bien acondicionado.
El Cine de Verano Guillem: Actuó durante dos temporadas en un huerto que había al lado del cine, de igual nombre, en la calle de Joaquín Costa n. 14, pasó con este local la misma historia que en el anterior.
En La Cañada, por estos años, actuaba también La Terraza Pascual, situada detrás mismo de la estación de los ferrocarriles eléctricos. Era el propietario D. José M. Belenguer (Pascual para muchos, hijo del fundador de La Cañada). El cine La Piscina, volvió a abrir y funcionó hasta 1985.

Llegaron a funcionar, en una misma temporada, hasta cinco cines. La competencia fue demasiada y empezó entonces el declive. La aparición de los primeros aparatos de televisión, a final de los años cincuenta (1950), fueron factores determinantes, y también hay que añadir las instalaciones, en las salas cerradas, del aire acondicionado.
Ya desaparecieron hace años, todas las salas que dieron un ambiente en aquellos tiempos, que ahora, yo personalmente y muchos de aquellas generaciones, echamos de menos. En fin, fueron otros tiempos. Buenas fiestas, un saludo a todos.

Enrique Guillem Torrella - 1991

jueves, 28 de mayo de 2015

PEQUEÑAS COSAS DE MAYORES. Vicente Fabado "el Retoret"



Quantes vegades hem escoltat als nostres majors, comptar les seues maldats de jóvens, i dir-nos, que no tenien maldat, que nosaltres som uns gamberrets. Vicente Fabado "Retoret", en este escrit, es llanca a la piscina, i ens deix algunes d'eixes gamberrades "sense maldat".


   PEQUEÑAS COSAS DE MAYORES.
     
       per Vicent Fabado "el Retoret", Agost 1986.







En algunas ocasiones, cuando nos reunimos algunos amigos ya mayores, de los llamados de la tercera edad, solemos comentar las cosas que dicen y hacen los chicos de hoy.

Nos escandalizamos haciendo comparaciones y no llegamos a ninguna conclusión. En cierta ocasión alguien del grupo le dio la vuelta al tema y preguntó:

-¿Qué hacíamos nosotros cuando teníamos su edad?... ¿Acaso éramos ángeles?

-¡Hombre! Allá por los años veinte al treinta nos divertíamos sin molestar a nadie, jugábamos a «Sambori, Montañeta, Idem, Paró, Visto, Frendis, Rogle, Borinot, Segurella, Pilota Pared, Mataes, Escampilla, Peñores, Trompa, Fútbol, etc.». Hacíamos ejercicio y lo pasábamos bien. (1920-30).

-Sí, pero no has dicho ninguna de las cosas feas que hacíamos, como por ejemplo cuando junto a los de las cuevas, nos íbamos al barranco del polvorín para luchar a pedradas («fer arca en fona») contra los de Benimámet y hasta agredíamos al que pretendía a una chica de Paterna. O cuando nos dedicábamos a matar gatos (hay que aclarar que el arma era un arco con flechas, hecho con varillas de paraguas, que casi nunca daba en el blanco y cuando lo hacía sólo asustaba al animal). ¿Os acordáis cuando atábamos a la cola de un perro un hilo con un bote de conservas vacio al final? ¡Como nos reíamos al verle salir corriendo.


-Bien, pero nos divertíamos y no hacíamos mal a nadie.

-Si... ¿Y cuando rompíamos las bombillas del alumbrado público?

-Bueno, eso fue algún grupito aislado, que siempre los hay gamberretes.

-Aún recuerdo que en el mes de mayo existía la costumbre de poner enramadas de hierbas olorosas en la puerta de la joven pretendida, y en muchas ocasiones los gamberretes como tú dices, las ponían de estiércol.

-También golpeábamos las anillas de las casas y salíamos corriendo, y deshacíamos los lazos a las chicas para hacerlas rabiar o llamarles la atención (entonces casi todas llevaban delantal).

-Había un juego, que no sé como se llama y que resultaba algo peligroso. Consistía en hacer un pequeño hoyo en el suelo, poniendo dentro un poco de agua y un trozo de carburo, se tapaba con un bote de conserva y con un orificio en su parte superior, éste se taponaba con un dedo un momento y al aplicar un papel encendido, explotaba haciendo saltar el bote por el aire. Si mal no recuerdo, al «Polilo» una vez le dio en la barbilla dejándola un recuerdo.

-¡Qué batallas armábamos, mojándonos unos a otros con el agua de los abrevaderos de los animales! -Para... para, que pensarán que todos fuimos unos «gamberretes».

-Mira, antes de que se me olvide. Había un grupo que cuando se encontraban por la calle, su saludo consistía en poner las dos manos en el suelo y con los dos pies dar un par de coces.

-Bien, es cierto, pero eso no sirve para juzgar a una generación de chicos, siempre hay excepciones y no hay duda de que entonces la gran mayoría era gente estupenda y sana.

-Ves, me estás dando la razón, lo mismo ocurre ahora, son gente estupenda lo que pasa es que las cosas han cambiado y las, vamos a llamarlas gamberradas, son diferentes.

-Sí, pero hay cosas que no me parecen bien y que habría que corregir.

-Estamos de acuerdo en eso, pero es muy difícil entre otras cosas por eso que llaman progreso. Mira, a mí por Reyes, recuerdo que me dejaron primero una pelotita de trapo, después un carrito de madera con un caballito de cartón. Más adelante una escopeta con un cañón de hojalata que disparaba un tapón de corcho atado a un hilo, y eso que al disparar no se distanciaba más de un palmo. Después una cajita de soldaditos de plomo... etc. Hoy, ya ves, vehículos mecanizados dirigidos a distancia, toda clase de artilugios extraterrestres, computadores, etc. Es el tiempo que pasa y evoluciona. Estos chicos tienen otro ambiente, otra mentalidad y no os calentéis más la cabeza.

-Bien, ¿pero que creéis que es mejor?

-Según como lo mires, aquello era más natural, más inocente, más sano.

-¿Más sano?... Pero si se morían más niños.

-Bueno, no seáis cabezudos y dejemos el tema, porque no tiene fácil salida, no sea que nos pase como Visantet, ¿no lo recordáis?

Fue un día que salimos a jugar. Entre nosotros había uno al que llamábamos «el cabut» (el cabezudo) no por el tamaño de su cabeza sino porque era insistente en sus cosas y siempre quería tener razón. Al llegar a la parte de arriba de la escalera de los gitanos (calle Batán), a la derecha hay una verja de hierro con varillas verticales (la de entonces era parecida pero con el hueco entre los barrotes más ancho). Alguien del grupo puso la cabeza entre dos barrotes y la sacó proponiendo que todos lo hicieran para ver quién la tenía más grande. Todos probamos, incluso «el cabut» que la sacó con facilidad, pero Visantet que ya la introdujo con dificultad no podía sacarla. Los barrotes tropezaban en la parte trasera de sus pabellones auditivos y no había forma. El se puso nervioso probando hacia arriba y hacia abajo hasta que empezó a gritar pidiendo que le sacaran, que él no podía. Mientras los demás se burlaban.

Un señor que vio lo que pasaba, lo calmó, le sacó primero una oreja y después la otra. Visantet quedó caliente de oreja (calent de orella) y en vez de un «cabut» habían dos.

-Hombre, eso está bien. ¿Sabéis de qué me acuerdo ahora que habláis de entrar y salir?

De aquel día que «el Parro», «Casabán», «Cagataches» y «el Andalus» se fueron jugando hacia el monte. Una de las distracciones era el que uno se ponia una caña entre las piernas galopando como si fuera encima de un caballo, otro tiraba de una cuerda que estaba atada a la punta de la caña, y los demás les animaban para que corrieran. Hay un paraje que se conocía por Las Minas porque de ahí se extraían tierras «descurar» y «per aire» que empleaban las mujeres para limpiar los enseres y la ropa (entonces no habían detergentes). Después de las excavaciones el lugar estaba lleno de cráteres de dos o tres metros de profundidad que hacían peligroso el andar cerca. En uno de estos cráteres un desprendimiento había cegado la salida y un perrito quedó atrapado sin poder salir.

Nuestros amigos, al pasar por este lugar, y oír el ladrido lastimoso del perro, decidieron salvarlo. «Cagataches» se ató la cuerda a la cintura y lo bajaron, éste ató el perrito y lo subieron. Lo malo vino cuando intentaron sacar al chico que quedó en el sitio del perro. Los tres de arriba tiraban de la cuerda, pero ésta se hundía en el borde frenándose y desprendiendo tierra que le caía al de dentro. El problema era que los de arriba no podían acercarse al borde por el peligro de desprendimiento, y el de abajo no podía apoyarse en la pared por ser cóncava. En esta situación uno tuvo una gran idea, que consistía en poner una piedra lisa cerca del borde, así no se hundiría y resbalaría. Así lo hicieron y en principio daba resultado, pero de pronto a la piedra le falló la base cayendo y dándole en la cabeza al de abajo.
Los tres se asomaron y vieron a su amigo lamentándose y con la cabeza sangrando.

Con la alarma consiguiente buscaron ayuda en una persona mayor, lo sacaron y le atendieron.

Hablamos de muchas cosas, recordando detalles anecdóticos de entonces y de ahora, pero no llegamos a ninguna conclusión. Sí había una gran mayoría de acuerdo, en que las cosas hay que hacerlas bien para que acaben bien, cosa muy simple y que todos queremos, pero que no se consigue fácilmente.

Paterna, agosto de 1986
V. Fabado V. "El Retoret”

martes, 26 de mayo de 2015

NOSTALGIA, per Amparo Cabeza

                

                    NOSTALGIA

                                                per Amparo Cabeza, Caracas 1972.



Amparo Cabeza Segovia, hija del maestro músico D. Antonio Cabeza, desde Caracas envió este sentido escrito, para el libro
de fiestas de 1972.

Dedicado a tod@s los paterner@s que os encontráis viviendo lejos de vuestro pueblo y que tantos días añoráis los rincones de Paterna,
  pensad que pronto estreis con vuestra familia y amigos, para disfrutar.

Para Jose Luis, Cristina y Ainoa, de Paterna a Miami a ritmo de corazón.



podemos ver, empezando por la izquierda (según se mira la foto) una señora de negro, en segundo lugar de blanco, Dña. Josefa Lerma Fambuena "Meneta" (mi suegra) y en tercer lugar, ni más ni menos que Dña. Amparo Cabeza "Amparín Cabeza", paternera y hermana de nuestro Ilustre Profesor de Música D. Antonio Cabeza. A la izquierda del todo (mirando la foto) D. Juan Bosch (mi suegro). fotografia cedida por Juan Miguel Escrich Pinazo.



 NOSTALGIA

Una colina de cara al mediodía, una huerta fértil y un rio; en lo más alto de la colina una Torre; a su alrededor, unas cuevas, las casas, los edificios. Es la última semana del mes de agosto. Quien esos días se acerque allí, podrá contemplar un hermoso pueblo, una linda Villa y unas bonitas fiestas que a pesar de los cambios que en si traen los tiempos modernos, aún conservan lo verdadero y lo tradicional.
Contemplar todo esto desde fuera ya es hermoso, ya invita a quedarse, a no querer que el tiempo corra, cuanto más vivirlo y estar en Paterna en estos días, durante esa semana, en sus fiestas. Ya lo dije: ¡Estar en Paterna! ¿Quién no sueña con estar en Paterna? Yo creo que todos sus hijos; los que allí nacieron y los que allí crecimos, los presentes y los ausentes, los que están cerca y los que estamos lejos, muy lejos, como yo a casi 7.000 km. En lo que a distancia material se dice, pero no en espíritu ni en mente.
Soñar con estar en Paterna siempre, más aún, en los días de sus fiestas. Es hermoso sentir el calor sofocante del sol; el calor y el olor de la pólvora, el estruendo maravilloso de la "cordá”, el colorido y la alegría del pasacalle de "coets”, la “dispara” del domingo y la del lunes día del Cristo, y todos los fuegos que se queman en esos días. Las misas mayores, los conciertos, los bailes, las cabalgatas, competencias, y en fin, todos los actos en los que toma parte activa el pueblo. Ese pueblo trabajador y alegre que en esos días se olvida un poco de la rutina del cotidiano vivir, y se entrega a sus fiestas a colaborar todos a una para gozar del esplendor de unos días inolvidables y darse al forastero para el que llegue a Paterna se sienta a gusto y contento en ésta su casa. El que viene de fuera a ver nuestras fiestas no es un extraño para nadie, ya que el paternero es hospitalario, gentil y dadivoso, festero, alegre, en fin, es un anfitrión único; prueba de ello es que los que viven en la vuelta de la procesión, pasacalles o "cordá", las puertas de sus casas están abiertas para todos los que quieran ver los actos mencionados.
Cualquier vecino que vaya acompañado de gente de fuera y pida permiso para ver desde ese punto cualquier acto festivo que pase por allí sabe que puede contar con el beneplácito de los señores de la casa, y también la mesa puesta con los dulces y chucherías que en esos días las paterneras se esmeran en hacer para obsequiar a sus invitados y para saborearlos todos.

Todo cuanto hasta aquí lleváis leído quizás parezca un poco tonto o un mucho repetido, no lo discuto; tampoco dudaréis de que es verdad. Para vosotros los que ahí estáis una ver- dad que se repite año tras año; a los que estamos lejos no es que nos guste exagerar sino recordar, añorar, lo que tantos años vivimos y tan hondo dejó en nuestro corazón. El recuerdo de Paterna es una huella perenne en mi vida, me siento paternera “nata”: ahí crecí, amé y sufrí; en ese mi pueblo tengo mis seres queridos, los más queridos, unos con vida, gracias a Dios, y otros en el descanso eterno. Nada ni nadie me obligó a salir de Paterna: nuestro destino ya nos lo trazan desde lo alto antes de nacer, luego nosotros lo vamos ejecutando según se presentan las circunstancias y yo estoy por ello lejos de ahí.
En ésta mi casa de Caracas vivo rodeada de cosas que me recuerdan mi tierra; una bonita fotografía del Micalet, una Senyera, escuraeta de la Mare de Deu, unos mosaicos con las Torres de Cuarte y Serranos, un magnífico óleo de la Albufera y sus barracas, obra de mi amiga Faustína Jaén, porcelanas de Lladró, y ¿cómo no? una hermosa estampa de la Patrona nuestra Virgen de los Desamparados y otra tan hermosa como la primera de nuestro Cristo, de nuestro "Negre”, además de una perfecta reproducción a tinta china de la Torre que data del año 1933 hecha por un gran amigo de mi querido padre (q. e. p. d.) y que está conmigo desde que salí de Paterna el día 14 de Octubre de 1957, el funesto día de la riada.
No necesito de todo esto para tener en mi mente y en mi corazón a nuestro pueblo; me gusta y alegra vivir rodeada de cosas de mi tierra, soy un poco conservadora en mis costumbres e ideas, vivo el presente y lo acepto con todos sus cambios, progresos y adelantos, y estoy de acuerdo en que «renovarse es vivir», que hay que estar en la onda, que se tiene que ser «pop» e «in» y con todos los adjetivos con que ahora la gente joven denomina lo moderno y los adelantos.

La vida es bella y hay que vivirla en el presente sin anticiparse a los acontecimientos que aún no ocurrieron. Todo lo nuevo tiene su aliciente por desconocido y por nuevo; según se enfocan las cosas en estos tiempos, algunas parecen absurdas, pero en el fondo todas tienen su razón de ser; tenemos que reconocer que la gente joven de ahora son más prácticos y positivos que antes, más objetivos; se motivan por conseguir lo real de la vida y lo viven plenamente; esa cualidad no la tiene toda la gente y por eso unos son así y otros de otra manera, más aferrados a lo tradicional y también viven bien, o por lo menos viven.
Ahora bien, pensando de una manera o de otra no se es mejor ni peor de lo que en el fondo somos; lo principal es la rectitud de conciencia. Para los que ya estamos un poco en la mitad de la vida y hemos visto lo de antes y estamos viviendo lo de ahora, no cambiar y seguir pensando en que nuestro pueblo es el mejor, sus fiestas las más bonitas y las mejores, sus gentes como siempre buenas y todos tratando de colaborar, «per a donarli esplendor que es la millor manera de demostrarli amor».

Por todo lo que hasta aquí lleváis leído, porque en mi pensamiento llevo como una diapositiva a todo color de esa colina, ese río, esa Torre y esos días del mes de agosto paternero con todo su esplendor de Villa en fiestas, por todo ello, y por mi condición de hija adoptiva de nuestro pueblo, es que siento estos días la nostalgia de la lejanía. En pensamiento y corazón estoy con todos vosotros; con los clavarios que son el alma y realización de la fiesta, los que logran con su trabajo y preocupación año tras año esos momentos inolvidables al calendario de días buenos que tiene nuestro pueblo; por mis familiares, por mis amistades y por todo y todos en general es que en estos días siento más la añoranza de nuestro pueblo y de lo nuestro.

Mi enhorabuena a todos los clavarios de este año y que los actos que tienen programa- dos se lleven a efecto para gloria y esplendor de las fiestas en honor del Santísimo Cristo de la Fe y San Vicente Ferrer. Aquí en Caracas queda una paternera que esos días quisiera volar con suaves alas como el viento hacia nuestra Paterna querida.


Caracas, Agosto 1972
Amparo Cabeza Segovia