Homenatge a
Pepín Damián i Polo
Escrito publicado por el Coeter Major, Toni
Monrabal, "Cotito", sobre la persona de Pepin,
en el libro de fiestas de este año 2015.
El
mundo tiene dos papas, España tiene dos reyes y para no ser menos, Paterna
tiene dos coeters majors, uno el que hoy escribe esta líneas y que lo será
durante un tiempo limitado y que tendrá que ganarse el respeto de tiradores y
no tiradores y otro el que desde hace muchos años cuenta con ese respeto y con
el cariño de todos, no hace falta decir que se trata de Pepín, de Don José
Damián i Polo, un home gran.
Home en el sentido espiritual del mundo de la pólvora valenciana,
hombre de bien, hombre de palabra, hombre de paz. En pocas palabras persona
digna de confianza y a quien se puede seguir pues se sabe que en su compañía no
tendrás problemas.
Gran en
todos los sentidos, grande por su generosidad, grande por su amor a nuestras
tradiciones, grande por su amor a Paterna y a su cordà, grande por su edad.
Este
home gran a sus ochenta y cinco años ya cumplidos tiene detrás de sí un gran
historial de dedicación a su pueblo, futbolista, tirador a pichón y al plato, pintor de brocha gorda de profesión y pintor
de cuadros de afición, empresario con algunos pinitos en la construcción, de la
hostelería donde comenzó con la familia
de Fina, su esposa esa gran mujer que siempre hay detrás de cada gran hombre,
en el casino de la plaza y finalizó regentando el que todavía es negocio de su
familia Casa Ramoneta en la Cañada. Trabajador incansable en asuntos que hoy denominaríamos
de participación ciudadana, formó parte de la directiva del Paterna club de
futbol donde ayudó y fue una pieza fundamental para conseguir la construcción
del actual Estadio Gerardo Salvador, impulsó el Club ciclista DAM y la Peña de
Ajedrez ambos en el ya mencionado Casino de la Plaza.
Ha
hecho muchas más cosas, pero si por algo pasará a la historia no ya de Paterna
sino de la mundo festivo de la Comunitat Valenciana es mantener viva la Cordà.
Mantenerla viva, si, mantenerla en unos momentos en que fue desapareciendo en
la mayoría de pueblos de nuestra Comunitat, en unos momentos en que incluso en
la misma Paterna, los clavarios la veían como un espectáculo caro y difícil de
mantener, caro hasta el punto de que el planteamiento era hacer cordà o hacer
fiestas con espectáculos en los que actuaran figuras de primer nivel, con unos resultados aparentemente más vistosos y
por supuesto con muchísimos menos quebraderos de cabeza. Difícil de mantener
por problemas de todo índole, desde problemas de seguridad hasta problemas con
los vecinos e incluso con la autoridad pública.
Pero
fue gracias a que Pepín y a unos cuantos paterneros más, todos ellos dispuestos
a que nuestras tradiciones perdurasen, no permitieron que la cordà desapareciera,
y para ello, llegaron a implicar al Ayuntamiento y a su alcalde para que
primero ayudara económicamente a los clavarios y para que ya más tarde, la
financiara totalmente .
Pepín
integrándose ocho veces como clavario y siendo una vez Clavario Mayor de la
Fiestas del Cristo, siempre estuvo vinculado con las distintas comisiones de
fuegos de todas las clavarías, tanto en aquellas de las que él formaba parte
como en las de los años en que él no era clavario, con su ánimo , su entusiasmo
y su tesón, no permitió nunca que los clavarios cayeran en la tentación de
dejar morir la cordà, no solo no lo permitió, sino que consiguió que la cordà fuera a más, que
cuando sabía que un clavario ya personalmente o a través de un familiar no iba
a disparar sus cohetes, él se encargaba de buscar voluntarios para cubrir las
ausencias y que de esa manera no disminuyera el número de lotes que se
dispararan en la cordà (se adquiría un lote por clavario que quería disparar).
Participó
en foros y debates, innovó, consiguió que los cajones fueran nuevos cada año
(antes eran casi como el equipo del tirador, una reliquia familiar que se
reutilizaba mientras fuera posible), posteriormente les puso patas consiguiendo
dos objetivos, uno , tal vez el principal, que los cohetes no se quedaran
enganchados contra los bajos del cajón y en sus explosiones pudieran dañarlo e
incluso hacerlo arder, el otro , de manera indirecta mejorar la ergonomía para
el tirador que no tiene que agacharse tanto para abrir el cajón y sacar cohetes.
Otra de sus innovaciones fue la organización del inicio y fin de la cordà con
sus bengalas verde y roja ya que anteriormente, la cordà comenzaba con el toque
de la corneta del alguacil tras la lectura del bando y finalizaba en lenta
agonía cuando poco a poco todos los tiradores iban quedándose sin cohetes.
La
mejora en los cajones consiguió que su encendido masivo fuera muy escaso, pero a
los paterneros nos faltaba algo, necesitábamos que reventara algún cajón y otra
innovación fue la creación de dos puestos específicos (el trece y el
veintitrés) en los que cada cinco minutos se hacía estallar un cajón,
devolviendo la “alegría” a los espectadores y sirviendo de cronómetro a los
tiradores que de esa manera controlaban si estaban disparando lento o rápido.
Para
conseguir que no hubiera apagones, volvió a innovar y creo los cajones de
fuego, en los que dos tiradores expertos, contaban con un cajón de solo
femelletes, y su misión era la de estar atentos a cualquier bajada en la
intensidad de fuego y mitigarla encendiendo una o dos femelles cada uno de
ellos y devolviendo la intensidad necesaria.
Paulatinamente
fue incrementando el número de cajones en la cordà, pasando de dos por puesto a
en principio puestos de dos y de tres para finalmente pasar a ser todos los
puestos de tres cajones.
El
siguiente paso para incrementar la cantidad de cohetes fue la creación de tres
puestos de cohetes arrastradores uno en cada extremo y otro en el centro de la
calle, con la misma misión que los de femelletes, estos cajones consiguen
elevar la intensidad y la altura del
fuego en las esquinas.
Finalmente
en al cordà de 2014, introdujo cinco nuevos puestos “normales y cuatro de
femelletes”, alargando la cordà en unos diez metros por cada esquina, con una
prolongación hacia arriba y hacia abajo en la calle de San Antonio, con lo que
se pudo incrementar el número de tiradores y la vistosidad del espectáculo ya
que precisamente s en esos puntos donde como todos sabemos, mejor pueden ver la
cordà los espectadores que están en la calle.
En su
momento impulsó la distribución de los tiradores en puestos fijos tal como los
conocemos en la actualidad, ya que anteriormente, la distribución era más
anárquica por ser menor el número de puestos, y, por situarse cada clavario en el sitio más
conveniente para que le viera su familia.
Organizó los puestos de manera que en cada uno
de ellos hubiera al menos un tirador experto y puso tiradores “de confianza” en
los puestos más visibles.
Siempre
supo crear equipo, repartiendo tareas y responsabilidades, primero con su
hermano Severino, luego con Toni el Gallo, más tarde con Pepe Herrero y
finalmente con Vicent Pla como sus más directos colaboradores además de un
grupo numeroso de tiradores entre los que me encuentro que durante mayor o
menor número de años hemos ido entrando y saliendo en su circulo, donde se entraba habitualmente a través de alguien que
ya estaba dentro y donde jamás creo haberle oído decir que no a alguien, todos
éramos bienvenidos, todos los que se fueron lo hicieron por voluntad propia,
nunca le dijo a nadie que se saliera unos trabajaban más otros menos, pero como
él dice, todos aportamos algo y eso no puede desperdiciarse.
Diseñó
el banderín de la Cordà con la torre de Paterna en la que se incluye la silueta
de un tirador con la careta en la mano al lado de un cajón de cohetes dentro de
tres franjas verde, dorada y roja con los que simboliza el inicio de la cordà
con el color de la bengala verde, el transcurso con el dorado de las chispas de
la pólvora de ferritja y finalmente el rojo de la bengala de acabar.
Fue el
autor de la idea del monumento al tirador de la cordà que finalmente se instaló
en la Plaça Major.
Es el
autor de la letra del himno de la Cordà cuya música consiguió que compusiera
otro gran paternero como es D. Pablo Sánchez Torrella.
Durante
muchos años, mientras su economía se lo permitió, fue el patrocinador de la
“figura del tirador”, figura realizada a mano por un ceramista de Torrente y de
la que no hay dos ejemplares iguales, con la que homenajeaba a tiradores que a
lo largo de los años, con el criterio del propio Pepín, se habían hecho merecedores
de tal distinción.
Nadie
dirá jamás que Pepín inventó la Cordà, pero todos sabemos que la Cordà de
Paterna es como es hoy en día gracias a él, a él que supo transmitir su
entusiasmo y su amor por la Cordà a todos, tanto a los tiradores como a políticos
de todo signo, como a los que nos gusta el fuego e incluso a los que no les
gusta, los que le conocemos sabemos que su cara se ilumina solo con hablar de
la Cordà, que puede estar horas contándote anécdotas y recuerdos sobre
tiradores y pirotécnicos, sobre cajones y sobre cuerdas y bouets, y sobre todo
y por encima de todo de la seguridad en la Cordà, de consejos sobre ropa y botas, sobre el
ritmo que debe llevar la cordà. Sobre los distintos tipos de cohete que son
necesarios para conseguir que el fuego se mantenga constante tanto por el suelo
como a media y gran altura, sobre el gran espectáculo que es la Cordà a la que
denomina fiesta de fuego por antonomasia de la Comunitat Valenciana y para acabar
siempre recordando que la seguridad debe ser siempre lo primero, que es
preferible una Cordà mediocre sin heridos a una cordà espectacular con muchos
heridos.
A lo
largo de los años, a Pepín se le han dado mucha distinciones, alguna de las
cuales quiero recordar desde estas páginas, algunas, solo unas pocas, soy
consciente que son tantas que me dejaría fuera demasiadas, pero no puedo dejar
pasar que el Ayuntamiento de Paterna le distinguió con el nombramiento de
ciudadano ejemplar, que está en posesión de uno de los primeros Coets d´Or que
se otorgaron desde la Clavaría del Santissim Crist de La Fe i Sant Vicent
Ferrer, estas dos que para Pepín siempre han sido las más importantes, y la
ultima que de momento ha recogido, un Premio a Toda una Vida.
Premio
que el pasado día 16 de abril se le otorgó desde “el Periódico de Aquí”.
Este
año y durante las fiestas, concretamente el jueves 27 de agosto a las diez y
media de la noche, los tiradores de Paterna homenajearemos a Pepín, lo haremos
de forma sencilla pero tradicional, haremos una cena en el Carrer Major, un
tradicional sopar de sobaquillo como los que él organizaba para el reparto de
brazaletes, en esa noche, instalaremos una pantalla en la que proyectaremos
fragmentos de la vida de Pepín, luego le haremos una “ofrena de foc” en la que
como nuevo Coeter Major de Paterna envolveré a Pepín entre las chispas de un
coetò de cordà que tras haberle solicitado permiso, encenderé con fuego
sagrado, a continuación, un grupo de tiradores nos rodeará con unos cohetes de
passacarrer; finalmente, descubriremos
un socarrat que en su honor quedará permanentemente instalado en la pared
del casino de los cazadores.
En este
acto estarán presentes las máximas autoridades
municipales y festivas y por supuesto, tanto desde estas líneas como
desde el programa de fiestas, se invita al acto a toda la población de Paterna.
Os esperamos a Todos en el Carrer Major para
homenajear al Mestre de tiradors al home que diu jo mai no he cremat un coet a
la Cordà, sempre els he tret del caixó per a que altres els cremen”
Bones festes per a tots i que la metxa no
s´apague.
Toni Monrabal. Cotito, Coeter Major de
Paterna, Agost de 2015.
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