CALLE SALVADOR GINER.
Estamos a días de celebrar la festividad de Santa Cecilia, el día 22 de Noviembre, y reparando en una fotografía que nos llega por medio de nuestro amigo José Ibañez, del día de inauguración de la placa de la calle Salvador Giner en 1958 en Paterna, queremos recordar la figura de este insigne músico valenciano, considerado por muchos como el mejor músico valenciano, seguramente en nuestra población muchos de los grandes músicos existentes se inspiraron en su música, Daniel Martínez , Ramón Herrero, Pablo Sanchéz, etc.
SALVADOR GINER
Salvador Giner fue uno de los
autores más importantes de la música valenciana de todos los tiempos, dotado de
extraordinarias dotes para la composición, fue un romántico nacionalista, de
técnica firme, libre inspiración y amor sin límites a la música popular
valenciana, aportó cuantas motivaciones fueron necesarias para crear un
ambiente musical auténticamente valenciano, introductor del poema sinfónico en
España y creador del poema sinfónico valenciano.
El nombre de Giner sonaba en los
oídos de los valencianos de su época como si fuese en sí el alma de Valencia,
el patriarca, el cantor de sus fiestas típicas y de sus hermosos jardines,
nombrar a Salvador Giner era decir Valencia. Gozó en vida de la gloria de la
fama y recibió el cariño y el respeto del pueblo valenciano.
Salvador Giner y Vidal nació el
18 de noviembre de 1832, en la Plaza Mirasol de la ciudad de Valencia, cerca de
lo que ahora es la Universidad Vieja. Hijo de Manuel Giner Rosetti, violinista,
y Vicenta Vidal Puchades, pianista, fue introducido en el mundo de la música
por su madre, que le veía condiciones musicales, pasando a ser discípulo de
José Carmeno, maestro de banda del 20 Regimiento de Artillería. Posteriormente,
estudia armonía, contrapunto y composición con el célebre músico Pascual Pérez
Gascón, organista de la Catedral de Valencia, quien pronto se da cuenta de sus
aptitudes, afirmando que "su valía es superior a la de cualquier otro
compositor de la época, incluyéndome a mí mismo".
A los 18 años estrena su primera
composición, Misa en Re a 4 voces y orquesta, interpretada en la Iglesia de los
Santos Juanes. Seis años después estrena su Sinfonía "Las 4
estaciones" en el Teatro Principal. A partir de esta época, comienza a
investigar la música descriptiva, influenciado por obras de Haydn, y compone su
primera obra de este género, "La fiesta del valle", estrenada el 3 de
marzo de 1865.
En 1870 compone la ópera
"L'indovina" (La adivina), que nunca llegó a estrenarse, con texto en
italiano de Temistocle Solera. Al año siguiente se traslada a Madrid,
estableciendo contacto con el mundo de la zarzuela. Pone música a varias obras
de José María Nogués, entre ellas "¿Con quién caso a mi mujer?" y
"La vuelta al mundo por el Doctor Garrido", cuya partitura se
perdería en el incendio del Teatro Romea, donde se iba a interpretar.
Además de participar en el
teatro, lo hace también con su música de cámara y orquestal en los conciertos
del Parque del Retiro y en los organizados por la Sociedad Unión
Artística-Musical, dirigida por Tomás Bretón, triunfando su obra para voces a
capella "Al surcar el lago", cuya letra se compone simplemente de las
vocales, consiguiendo una inusitada sonoridad en el entramado contrapuntístico.
En 1878 compone su "Misa de Requiem", para los funerales de la reina
María de las Mercedes, esposa de Alfonso XII.
En 1879 decide volver a Valencia,
movido por la añoranza de su tierra natal, y se instala en la calle Liria,
situada en el barrio del Carmen. Por estas fechas conoce los poemas sinfónicos
de Saint-Saéns, entre ellos "Phaeton" y la "Danza Macabra",
y Giner concibe la idea de componer poemas sinfónicos utilizando temas y
ambientes valencianos. Así nacen "Una nit d'albaes" (1881) y "Es
chopá hasta la Moma" (1886), que se estrenarían en el teatro de verano
"Skating-Garden" de los Jardines del Real.
En 1890 estrena en un concierto
vespertino en los Jardines de La Glorieta su poema sinfónico-descriptivo
"Las fases del campo", obra que le llevaría al éxito en Estados
Unidos y que le abriría las puertas de la Sociedad de Conciertos de Milán. Ese
mismo año se estrena en el Teatro Principal su ópera "Sagunto",
considerada la mejor de sus cinco óperas, a la que seguiría en 1891 "El
Fantasma".
En 1893 se funda la Sociedad
coral "El Micalet", y sus integrantes deciden buscar la protección de
un destacado compositor que les procure repertorio personal y que les de un
renombre. Enseguida surge el nombre de Salvador Giner, quien compondrá para sus
conciertos "Ecos del Turia", "La festa del poble" o
"Matiná de maig". Al año siguiente es nombrado director técnico
honorario vitalicio del Conservatorio de Música y Declamación de Valencia,
donde sería también profesor de composición hasta 1909.
En 1900 vuelve a la producción de
zarzuelas, componiendo "Foc en l'era", "Les enramaes",
"El roder" y "Plors i alegries", todas ellas en Lengua
Valenciana. Adapta su zarzuela "El rayo de sol" (1883) como la ópera
"Morel", estrenándose en octubre de ese mismo año en el Teatro
Principal. Un mes después estrena en el Teatro Princesa la zarzuela "Nit
d'albaes", adaptación del poema sinfónico homónimo, con texto en Lengua
Valenciana y en castellano de José Guzmán Guallar. "Nit d'albaes" se
convierte en una de las obras cumbre de Giner, y una de las de mayor
importancia del "Renaiximent" valenciano.
El 13 de diciembre de ese mismo
año, se inicia una campaña de prensa para alabar y tratar de dar a conocer las
óperas de Giner, orquestada por sus alumnos, por la Sociedad Coral El Micalet y
por la sociedad Lo Rat Penat. Con ello se intenta normalizar o
institucionalizar la ópera española, convirtiendo a Valencia en la cuna de esta
música. Así, en abril de 1901, comienza una serie de representaciones de las
óperas de Giner en el teatro Principal: "El Soñador" (día 10), "El
Fantasma" (13), "Morel" (18) y "Sagunto" (27).
En 1903 se constituye la Banda
Municipal de Valencia, por mediación del concejal Vicente Ávalos, quien
solicita al maestro su colaboración y consejos. Giner redacta el reglamento y
los ejercicios de ingreso y compone algunas trasncripciones e instrumentaciones
para la banda, junto con Santiago Lope, su primer director. Giner compone,
además, un pasodoble para la sesión de inauguración de la banda, la popular
"L'entrá de la murta"
En 1905, por iniciativa de la
Sociedad L'Antigor, se cambia el nombre de la calle Liria de Valencia por el de
Salvador Giner, donde el maestro tenía su hogar desde 1870. La placa se
inauguró el 24 de julio de ese mismo año, en un acto en que se homenajeó la
figura de Giner. En 1909 se le encarga un himno para la inauguración de la
Exposición Regional de Valencia, encargo que rechaza por problemas de salud,
recomendando para su composición a uno de sus alumnos, el maestro José Serrano.
El 6 de noviembre de 1910
Valencia mostró su cariño por Salvador Giner con el gran festival homenaje que
se le dedicó en el salón de Actos de la Exposición Regional. Al acto asistieron
instituciones como la Escuela de Artesanos, la Sociedad L'Antigor, el
Conservatorio de música, "El Micalet" y diversas bandas de música,
encabezadas por la Banda Municipal, que interpretaron varias piezas del
maestro, entre ellas "L'entrá de la Murta", "Una nit
d'albaes" y el "Himno a Valencia" de Giner. Por la tarde, y ante
el balcón de su casa, la multitud congregada le dirigió una gran ovación y los
orfeonistas de la Coral "El Micalet" interpretaron "La festa del
poble". El gran día terminó con una velada en honor del maestro en la sede
de "El Micalet", leyéndose poesías alusivas a su figura y cantando
los coros "La festa del poble", "Ecos del Turia" y el
"Himno a Valencia".
En agosto de 1911 la salud del
maestro comienza a quebrantarse. Aún así, el 19 de septiembre asiste al estreno
de la versión de su zarzuela "El Roder", traducida al castellano por
José Santamaría. Sería su último acto público. Dos meses después, en la
madrugada del 3 al 4 de noviembre, el maestro fallece, entre el dolor de su
familia y de todos sus admiradores. La noticia circuló rápidamente por toda la
ciudad, que se volcó con el maestro, uniéndose en masa a la comitiva funeraria.
No se había conocido, hasta entonces, mayor manifestación popular de duelo. Es
el caso de un artista que muere rodeado del cariño y del respeto de todo un
pueblo.
No terminan con su entierro las
manifestaciones de entusiasmo en honor a Salvador Giner, sino que, como pasa
con los héroes, varios años después de su desaparición todavía colearon los
homenajes más ardientes, los recuerdos apasionados y la entrega total de sus
más fervientes admiradores, hasta llegar a conseguir que Valencia tuviera un
monumento a Giner, inaugurado el 22 de mayo de 1921 en la Glorieta, y que en la
actualidad está ubicado en la avenida Fernando el Católico, enfrente de la
calle Maestro Palau.
Durante sus 78 años de vida, el
maestro compuso alrededor de 430 obras, tal vez fueran muchas más, ya que, de
una buena parte de ellas no se sabe nada, pues se encuentran diseminadas por
parroquias y conventos de toda la geografía valenciana. De las que se conocen,
271 son obras religiosas, 23 para orquesta, 26 para banda, 38 para coro, 27
para agrupaciones de cámara, 14 didácticas, 30 zarzuelas y 5 óperas. Era además
un literato notable, con un estilo cristalino y elegante que se matizaba con
delicado humorismo. Pero por su carácter tímido y reservado le horrorizaba la
exhibición y, salvo casos contadísimos, no imprimió ningún escrito.
Su proyección se trasluce
igualmente en la importancia musical de los que fueron sus alumnos: José
Serrano Simeón, Manuel Penella Moreno, Pedro Sosa López, Vicente Lleó
Balbastre, Vicente Peydró Diez, Juan Bautista Plasencia Aznar, y muchos mas.
No ha habido ningún músico
valenciano en estos últimos siglos de tanta fuerza creadora, más capacitado y
con más fuerza expresiva nacida del corazón que Salvador Giner, maestro de
grandes maestros, sin duda, el Patriarca de la música nacionalista valenciana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario