UNA PEQUEÑA HISTORIA DE PATERNA.
NOTAS SINCOPADAS PARA UNA PEQUEÑA HISTORIA.
ESCRITO DE D. VICENTE CARDONA, EN EL LIBRO DE LAS FIESTAS DEL AÑO 1963.
Atrás habían quedado las airosas
marchas militares.
Y unas canciones que hablaban de
un vinillo que tenía Asunción -que no era blanco ni tinto-, y de que si querían
escribirle ya sabían su paradero, era ya historia.
Tú y yo éramos, en aquel tiempo,
muy jóvenes. Bueno, más jóvenes que ahora.
Entonces...un himno: «Los
voluntarios»
Volvamos atrás en el recuerdo. Tú
y ese amigo que está junto a ti, y aquellos dos Y yo...¡Cuántos años ya! Voces
alegres de muchachos ya hombres entonaban aquel primaveral «que una gachi
morena...» Nos alumbraba ya un sol de paz. Las fiestas habían tenido un compás
de espera. De esto, ya sabes, hace veinticuatro años. (En 1963).
-En cuatro meses puede hacerse
mucho.
-Es que unas fiestas como las del
Cristo...
Y volvieron la «cordá», el
pasacalle, la solemne procesión...
Mientras los productos del campo
y los tejidos y tantas cosas ineludibles picaban alto al cotizarse, otra guerra
había levantado el telón.
-Otra guerra. A ver quién nos
libra de ésta.
-¿Quién? No seas pesimista.
Tenemos un buen timonel. Verás cómo nos libran de ésta. Y de otras.
En los altavoces, en los bailes,
una voz de mujer. O de hombre, se quejaba de que para qué quería sus besos si
sus labios no lo querían ya besar. El programa de fiestas va tomando una
orientación muy definida; trabajos literarios, históricos, arropan el programa
de festejos y van haciendo historia.
Con las noticias de la radio
hablando de la invasión de Rusia por los alemanes alternan las notas
sentimentales de «Cubanakan» e «Islas Canarias» . Es un verano largo, denso, trágico.
Estaba a punto de irrumpir en la guerra un nuevo general invencible llamado invierno.
La Banda de Música de la Villa
consigue el primer premio de la segunda sección en el Certamen de Valencia. En Europa hay muchas novedades. También en
Asia. Pero la gente, siempre ávida de llevar la contraria, informa que «no hay
novedad» a una cierta señora baronesa.
Cómo? ¿Que que año es? Pero,
hombre...
Rina Celi, entretanto, hace saber
a todo el mundo que en una tarde gris se le fue la ilusión. Alguien asegura
cantando que solamente una vez amó en la vida, que solamente una vez y nada
más. Es lo que se dice siempre.
Suena insistentemente un nombre:
Rommel. Y suena también Lylí Marlen. La gente va haciendo su vida. Tiene una
afición al campo que va despertando con fuerza. La Cañada crece rápidamente.
«De mostrador en mostrador» centra la afición de la juventud. Otra atención más
trascendente absorbe la opinión mundial: los aliados han desembarcado en el
norte de Africa.
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-¿Y de fiestas?
-Como siempre. Avalanchas de
visitantes.
-¿Ninguna novedad?
-Pues, hombre, sí. Una falla en
Paterna. Un año de preparación amenizado por aquel Amor, amor, amor, que nació
de ella, nació de él y de la esperanza.
El baile registra novedades. Como
quien no quiere la cosa, se ha ido extendiendo el bugui-bugui. No obstante,
miles de jóvenes de ambos sexos prefieren arrullarse prometiéndose aquello de
«tu y yo siempre nos amaremos, nunca nos separaremos, unidos en uno tú y yo»
La Banda de Música, también bajo
la dirección del maestro Cervera, triunfa en Murcia con un primer premio de
sección segunda, y en Liria, con el primero de la primera.
La guerra sigue. Y sigue la
caravana, con sus cantos y risas. Ha llegado lo de Normandía, tan reclamado
desde Oriente. Aún está lejos el año en que el primer satélite artificial dará
la vuelta a la tierra. Pero entre tanto hay otra noticia sensacional que da esa
vuelta. Alguien dice que esa noticia debería acogerse con música fúnebre. Pero
no: es la melodía de unas rondas que no son buenas las que conviven con la
explosión de la primera bomba atómica, allá en el lejano Japón.
-Poco después terminó la guerra.
-¿Terminó? ¿Eso es un chiste?
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Han aparecido las sulfamidas. Y
la penicilina. Y también Irma Vila y sus «mariachis» que dominan los
escenarios. Voces de sentimiento se levantan a su manera, contra la segregación
racial y hablan de que también hay angelitos negros.
El tabaco sigue escaso. Van
conociéndose los progresos científicos durante la guerra. Y la figura inmortal
del doctor Flemming va agitándose. ¿Qué es eso de nylon?
Simultáneamente hacen su
aparición dos revoluciones: la falda larga y Gilda. Esta canta apasionadamente
«amado mío». Era una película algo «tabú». Y todo el mundo, claro, quería
conocerla. Está a punto de llegar una Lisboa antigua que no volverá. Y los
cines de verano en la villa son un buen motivo para tomar el fresco. La actividad
fallera ha ido en aumento. Y también la teatral, tan íntimamente ligada a la
fallera. Antonio Ferrandis, que luego triunfaría en el teatro nacional, dirige
una compañía de aficionados. Se ha inaugurado ya el Centro Musical. Algunas
calles han sido pavimentadas. El campo de fútbol es, al fin, una realidad. Un
vecino de Paterna, un muchacho inquieto, cargado de ilusiones, obtiene medallas
nacionales e internacionales en pintura y escultura.
-¿De verdad no sabes quién es? Se
llama Francisco Navarro.
Ya hay abundancia de tabaco. Y de
tejidos. Y de pan. Se acabó el racionamiento. La gente se aficiona a las
excursiones colectivas y recorre España y sale al extranjero.
Paterna va quedando sin cuadros teatrales.
Resiste uno. Las fallas disminuyen en número. Y se empieza a hablar de
emigraciones. Juanito Valderrama, con su «emigrante» parece emigrar el espíritu
patriótico de los que marchan. Y por fin, el transformador de la torre, que
tanto la afeaba, es eliminado.
Parte del pueblo de Benagéber
(ahora pantano del Generalísimo) se asienta en término de Paterna, formando el
poblado de San Antonio de Benagéber. Su Excelencia el Jefe del Estado,
Generalísimo Franco, cruza la Villa de Paterna y honra al poblado inaugurandolo
personalmente. Las sencillas gentes han podido ver de cerca al artífice de la
España que se estaba construyendo.
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-¿En qué año estamos?
Las matemáticas, esa asignatura
tan árida, se enseña ahora deleitando; uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis,
siete, ocho, maaaammmmbo.
El tiempo -como tantas veces- va
subrayando los contrasentidos: se ha impuesto Luis Mariano con su botijero.
Pero la gente empieza a cansarse de ir a pie. Motos, scooters, coches...
Qué año habías dicho que era?-
Hombre, no me digas que te
desorientas. Carmen Morell le está diciendo a Pepe Blanco no sé qué del yeso
que se nota y que no venga con disimulos. Un cantante dice tres veces guapa a
toda chica que lo merece. Y el misterioso, el alucinante «Dominó» invita a un
lenguaje de amor que es un ensueño. Las salas y las terrazas de baile han ido
proliferando.
-El año anterior ¿es aquel en que
todos éramos de Pénjamo y en el que vivíamos a lo loco?
-Exacto, poco después, el Club de
Fútbol Paterna ascendía a Primera Regional. Pero cuesta mantenerse ahí.
-Y el caso, es que la villa tiene
población para lograrlo. Desde el año 1939 casi ha doblado el número de sus
habitantes. Unos han nacido aquí. Otros han escogido esta entrañable tierra
para residir en ella.
-¿Sabes qué estoy recordando? Por
entonces en museos de Cerámica de varias ciudades europeas se exhiben
valiosísimas colecciones de cerámica de Paterna. Me enorgullece saber que
nuestra villa es conocida en los medios artísticos.
«¡Ay, como baila la niña de
Puerto Rico!» Algunos no se dan mucha cuenta porque les preocupa María
Cristina, que les quiere gobernar.
Ha empezado el turismo extranjero
en nuestra España.
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¿Y las fiestas?
-Siempre a más. Me refiero a las
del Cristo y San Vicente Ferrer. Las fallas han terminado. La última que
aguantaba, la de la Calle Ernesto Ferrando, ha cerrado su larga actividad.
En lo que fue Picadero, F.E.T. y
de las J.O.N.S. dedica un homenaje al ejército. Un acto grandioso, emotivo,
vibrante.
La torre de hierro, aquella de la
telegrafía sin hilos, ha sido desmontada.
Otras guerras han ido surgiendo
en el mapamundi desde que dicen que terminó aquella otra. Va siendo ya un juego
sangriento. Mr. H., una tarde, dice a su segundo; «Quiero descansar. Estaré dos
dias en el campo. Si estalla la paz en algún lugar del mundo, aviseme»
Cinco años antes todo el mundo
profetizaba que la televisión pronto llegaría. Pues, bien, aquí está.
-¿Y se podrán ver los partidos de
fútbol sin ir al campo?
En nuestra Villa se inaugura la
pavimentación de varias calles. Un hijo ilustre, Vicente Mortes Alfonso, es
nombrado Director General de la Vivienda. Desde allí seria una pieza clave en
la gran Valencia que se estaba proyectando. Francisco Alemany Torres, más tarde
hijo adoptivo de Paterna, llega a economista del Estado y demuestra su cariño a
la villa.
Renacen, cual nuevos Ave Fénix,
canciones que llenaron épocas. «Ramona» , se ha estilizado. Los tangos
antiguos, aquellos que Carlos Gardel puso en órbita mundial, pululan por las
ondas. De Italia nos exportan las creaciones de Carosone.
Sarita Montiel pregona con
singular acento de persuasión que «Valencia es la tierra de las flores, de la
luz y del amor» . Pero esas estrofas se le quiebran en la garganta una noche de
Octubre.
-¿Qué hay riada?
-El Turia se ha desbordado. Las
aguas avanzan hacia el centro.
No puede ser.
Llueve a mares.
Ven conmigo. Podemos ayudar.
Es un año intenso. El
Ayuntamiento inicia la concesión de becas de estudios. Los cuplés continúan
ganando la batalla a otros estilos. Y la gente va viviendo mejor. El turismo se
ha multiplicado.
Nos hemos quedado sin cuadro
teatral. «El relicario» y «Fumando espero» quedan un poco atrás al aparecer los
premios de festivales. «Piove» ya no es un temor: es una canción. Y «El puente
sobre el rio Kwai» nos hace suspirar por el puente sobre el río Turia, que, al
fin, se reconstruye.
Los rascacielos empiezan a mirar
con desprecio, por encima de las tejas, a las plantas bajas. Y el primer
satélite artificial mira con desprecio a los rascacielos.
-¿Y las fiestas?
Después de veintiocho años, de
nuevo Juegos Florales. Las fiestas toman un nuevo giro: la mujer tiene
representación oficial, se montan festivales infantiles.
Un telegrama da la vuelta al
mundo. Lo ha puesto el Festival de la Canción, de Benidorm, que lo arrolla
todo.
-Oye, ¿qué es eso de la
estabilización?
-Ya lo verás dentro de un año.
Vamos cabalgando, ¿no te das cuenta?.
Vicente Mortes Alfonso pasa a
Director General de Carreteras. Nueve millones de pesetas llueven sobre Paterna
por medio de las Clavariesas de la Virgen de Agosto. Un tango italiano
encandila a la juventud. Y Paterna va ganando popularidad. En la «Escuela Massana»
de Barcelona, dan el nombre de nuestra villa a un horno de cerámica, en un acto
apadrinado por el alcalde de la ciudad condal Francisco Navarro, aquel joven
que quería llegar a más, obtiene el primer premio en el Certamen Manchego de
Pintura.
El merecido homenaje a Vicente
Mortes se le dedica solemnemente. Y mientras alguien, poco después, descubre a
una mujer que está «Enamorada» y multitud de chicas van adoptando los
pantalones de Adán. Se inaugura una estación en la Fuente del Jarro.
Y se celebran brillantemente los
IV Juegos Florales.
Desde lo alto alguien va fisgando
lo que pasa en el globo terráqueo: el primer hombre ha sido puesto en órbita.
Ha hecho su aparición una nueva
fiebre: la de la construcción. Y a ésta sigue inmediatamente otra; el twist.
Esta palabra va engarzada en todos los títulos de este ritmo. «Bailando el
twist», «Me gusta el twist»
Echo a faltar un titulo.
-¿Cuál?
-«Me cansa el twist?
Burla burlando la manzana de
casas entre Médico Ballester y General Asensio ha desaparecido. Y se crea la
Parroquia de la Virgen de los Desamparados. Se inauguran nuevas escuelas y el
matadero municipal. Por fin, en la Fuente del Jarro, también escuelas.
En Madrid vive un hombre que
quiere a Paterna entrañablemente, como si en ella hubiese nacido. Es General de
ingenieros y director de la Marconi Española. Se llama D. Manuel Escolano
Llorca. Y la dirección mundial de la Marconi acaba de dedicarle un homenaje
entusiasta al cumplirse los cincuenta años de excelentes servicios a la
técnica.
Las composiciones de Irving y
Berlín y Vicent Youmans vuelven y plantean con éxito la batalla a las nuevas
creaciones.
-Esa música la conozco yo.
Qué música?
No oyes?
-«La Carioca». Esto me quita
treinta años casi.
-Vuelve lo antiguo.
-Vuelve lo antiguo de calidad.
-¿Y de fiestas?
-Serán extraordinarias. También
habrá Juegos Florales.
-¡Estamos ya en 1963! ¡Cómo pasa
el tiempo!
Yo diría « ¡cómo PESA el tiempo!
Vicente Cardona - Verano 1963
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