miércoles, 17 de diciembre de 2014

SABADO, DIA DE CINE, EL PALAFOX.





Aquellos años de cine de pueblo, de amigos, de experiencias adultas, de admiración y entretenimiento, algo que también se marcho con el paso de los años.






SÁBADODÍA DE CINE, EL PALAFOX.


Desde los recuerdos de mi infancia e incluso adolescencia, es como me voy a referir a mi memoria, sé que muchos cines precedieron en Paterna, al que vamos a hacer referencia, el cine Palafox, situado en la calle San Antonio a mitad de calle más o menos, hoy en día un edificio de viviendas, es el mayor recuerdo del mismo, existían el Gran Teatro, que mantuvo hasta el final su imagen de teatro antiguo, estaba el Cine Guillem, que hoy en día es un garaje de vehículos, y que era el más antiguo de los que estaban abiertos, en los últimos Años de cine en Paterna, estaba también el cine del Parroquial, y otros muchos que pasaron por las vidas de los ciudadanos de Paterna, y que en futuros escritos haremos referencias.
En aquellos años, la diversión para los chavales era la de jugar a fútbol en plena calle, ir al polideportivo o a los distintos recreativos de maquinas, que habían por el pueblo, o ir al cine a ver las mejores películas, entonces los más cercanos eran en Valencia y era cine de estreno, aquí en Paterna, eran reestreno y se proyectaban dos películas por el mismo precio.
De siempre el cine fue y es uno de los mayores motores de entretenimiento de las gentes, en aquellos años donde no existía la televisión eran todo un acontecimiento, y no digo nada, cuando se proyectaba una película de nuestro vecino actor, Antonio Ferrandis entonces el cine se llenaba de todos los convecinos que querían ver, a su amigo interpretar sus papeles en el cine.

Pero yo voy a resumir en una época, finales de los 70 y principios de los 80, yo en esos años marcaba desde los 8 años a los 14 aproximadamente, cerca del domicilio de mis padres, ósea, mi casa, estaba el cine Palafox, en la calle San Antonio, al menos desde que yo tengo conciencia, ya se encontraba en este lugar  este monumental edificio.

Los sábados era el día del cine, durante la semana cuando íbamos al colegio, creo recordar que solían poner las carteleras de las películas a emitir el fin de semana, sobre el miércoles, y cuando salías del colegio, en las carteleras que habían en la fachada del Horno Sol (plaza mayor), mirabas entusiasmado que películas podíamos ver el fin de semana.

Pero antes el jueves ya había habido cine, era el de adultos, solo para personas mayores de edad, y donde después de la dictadura y con la entrada de la democracia, recordemos que durante aquellos años, se iba a la frontera con Francia en viajes de autobús, a Perpignan a ver películas eróticas, (la tan nombrada el último tango en Paris), en Paterna era todo un acontecimiento el cine X para esas generaciones, que lo máximo que podían ver en el cine, era un beso casto y sin nada que enseñar.

Algunos eran los que decían que se colaban a ver aquellas películas los jueves tarde, y salían impresionados, de ver tales mujeres, en aquella aptitud en una pantalla tan grande, todo un mito de pueblo, algunos abuelos iban al cine, con una toallita de mano resguardada, eran aseados los señores.


Pero los fines de semana, tenía su propia sociedad el cine, todo estaba clasificado y controlado por naturaleza. Los sábados tarde chavales, pocas personas mayores, si estos iban, se situaban a la mitad del cine, en las butacas de delante, la chavalería, y en las filas de atrás, en las ultimas las parejas. Como bien desarrollo Federico Fellini en su obra maestra “Amarcod”, con las escenas en el cine de su pueblo, no cambiaba mucho en todos los demás cines de pueblo.

Ibas con el dinero justo, para la entrada, para el refresco de la media parte y antes pasabas por el Kiosco que había en la subida de la calle San Antonio (donde ahora se encuentra, el Bar de Alejandro), y en esa estrecha paraeta, comprabas las chuches y los Quicos, todo ello lo  entrabas camuflado, pues dentro en el cine, era un poco más caro.

Cuando te terminabas el refresco de Fanta o Coca Cola, ibas a escondidas a las filas de atrás, y lo dejabas caer rodando sobre el piso de madera, y si eran más de una mejor, el ruido era tremendo, y a esconderte semi agachado entre las butacas, porque el hombre de la linterna rápido y avispado te buscaba, y si te encontraba, a la calle te marchabas. Los paquetes de Quicos eran también un arma mortífera, pues lanzabas los frutos secos a distancia y te escondías.


Cuando tenías edad de estar con una “novieta”, las últimas filas eran tu territorio, pero no exento de que todos los amigos estuviesen cerca para ver si te besabas o no, el cuarto de baño de los chicos en el cine Palafox, estaba en el fondo bajo la pantalla a la derecha, y estaba prohibido fumar en el cine, pero las lucecitas rojas de los pitillos se veían a distancia.
“Los linterna”, eran las personas que debían acomodar a los clientes, para que no tropezaran en la oscuridad, pero en las sesiones de los sábados tarde, se convertían en policías, por culpa de toda la chavalería que no cesaba de molestarles y bromear, que personas tan pacientes.



     


Era doble sesión, dos películas, normalmente una de acción y otra de reestreno, recuerdo pelis como, Grease, The Warriors, las de Bruce Lee, Apocalipses Now, Fiebre del Sábado Noche, Rocky, etc, y las españolas de Fernando Esteso y Pajares, que para la chavalería eran las mejores, pues podíamos ver algo a las despampanantes mujeres que salían en estas pelis, y las de Jaimito, Alvaro Vitalli, el destape en el cine. Como era la sesión de tarde, tenías que ir corriendo al cine después de comer, y a veces no daba tiempo a terminar de comer, y te llevabas en un bocata la comida, pues los estrenos del sábado no esperaban.

Por la noche era otra historia, ya cine para mayores, aunque eran las mismas películas, pero no podías hacer el gamberro y te arriesgabas a que te dieran “un soplamocos”, el hermano mayor o algún otro, en estas sesiones, las últimas filas, sí que estaban llenas de parejas, madre mía.

Hicieron una fenomenal reforma, cambiaron por completo el cine, sobre los años 80, y cuando entrabamos por primera vez, pensábamos que era como un cine de los de Valencia, que eran inalcanzables, recuerdo un amplia entrada con la barra a la derecha y una gran sala de entrada con sillones y carteleras de próximas películas estrenar, entrabas a la sala por tres puertas grandes que daban a los tres pasillos del cine.

Unos geniales recuerdos de aquellos fantásticos años de cine, y de niñez, imaginándote ser uno de aquellos héroes de la gran pantalla.

EL CINE PALAFOX.



1 comentario:


  1. Teresa Navalon
    18 de diciembre a la(s) 22:47

    Mi hermana y yo fuimos afortunadas: pasamos toda nuestra infancia allí. Mi madre en la taquilla, mi padre donde hiciera falta y nosotras mareando a todos. Un beso para todos los que ya no están y fueron parte de nuestra niñez.

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